La sangre, sus derivados y la leche materna son productos preciosos para la vida y difíciles de conseguir.
Evitar estas pérdidas por temperaturas de almacenamiento inadecuadas y por el uso de equipos sin dispositivos de seguridad y registro de datos, es una prioridad absoluta para los profesionales sanitarios y una responsabilidad para los fabricantes de equipos de refrigeración. La legislación internacional reconoce esta necesidad desde hace años, introduciendo en una categoría específica los equipos de refrigeración dedicados a este fin.